viernes, 14 de julio de 2017

Capitulo XI. Un rescate sorprendente

      Llegó la tarde y ambas Emilia y yo estamos aburrida encerrada en esa habitación. El reloj marcaba las 5.00pm. Yo la admiraba por la vida que lleva a pesar de que ahora es una prisionera como yo. Nunca pensé que ella aclamara tanta atención. Tener el mal y el bien ambos en una guerra infernal, ambos con el mismo deseo de tenerla a su lado. El mal que solo quería venganza o solo iniciar una batalla con el bien y el bien que desde niña le ha prestado tanta atención al punto de darle el título de María de Castilla. No entendía lo que el título en realidad significaba, pero me imaginé que era un título muy importante. Al escuchar el nombre de María, una mujer pura y santa, llena de virtud, me decía a misma cuan tan importante el título de María de Castilla sería. Apreciaba que tan dichosa yo soy al tenerla como amiga.

      Vi como no se quebrantaba tan fácilmente, al ver que su ex esposo la tenía prisionera en un mundo lejano. Se incorporó del sofá y me dijo que tomaría un baño, y luego se vestiría con las ropas que había en el armario. Yo le aplaudí por su coraje. Yo me adelanté rápidamente hacia el baño para prepararlo, pero ella me vocea, que no soy su esclava, ella misma puede hacer eso. Yo no le di la atención mínima a sus palabras, y le respondí que soy una simple mortal y después de todo lo que he visto ¿cómo no voy a ser su esclava? Ella insistió, así que la dejé prepararse su propio baño. Luego seleccionó un vestido largo del armario y bromeo: ¿no crees que parezco una princesa con este vestido? Era un vestido largo, con rosas diseñadas en la falda y muy sencillo en la parte del cuello, tenía una cinta color rosa que combina perfectamente con las rosas diseñadas en la falda.  En realidad, si parecía una princesa, tal como ella me lo preguntó. Ella me dijo que también tomara un baño y seleccionara un vestido del armario. Así que caminé hacia el baño. Me sorprendí al ver que ella había dejado todo organizado y limpio. Me voceó desde la habitación, que había limpiado la manera y que todas las toallas a la izquierda estaban limpias. Luego de bañarme, seleccioné un vestido del armario. Algo sencillo, pues no quería parecer como si yo fuera alguien importante, pues no lo soy. Pero Emilia insistió en que yo me vistiera tal y como ella. Como una princesa. Me decía: ¿después de que dejaste todo en la tierra por mí, crees que te voy usar como mi esclava o sirvienta? En realidad, que ella tiene un corazón humilde, más humilde de lo que pensaba.

      Ella misma me seleccionó un vestido largo azul claro, decorado con piedras en el cuello. Me sentí como una princesa y aprecié a pesar de ser una prisionera, el haber viajado a este nuevo mundo.

      Ambas nos sentamos en la cama, la cual era bien grande, parecía como si fueran dos camas dobles en una. Nos quedamos dormidas. Al abrir mis ojos, ya era día. El sol entraba por las ventanas. Alguien parece haber entrado a la habitación mientras nosotras dormíamos. En la mesa había desayuno, le mire y lo deje ahí sin tocarlo, pues la poción aun sostenía mi cuerpo. Al cabo de una hora, Emilia también se despertó, me sonrió y caminó hacia las ventanas, yo le seguí. El paisaje era estupendo. El castillo se encontraba en medio de un terreno largo. Podía ver que se extendía as más o menos cuatro kilómetros cuadrados. Podía ver a que no muy lejos del castillo se extendía un lago. Emilia también lo observaba y parecía sorprendida. No sé si estamos en la parte más alta o en medio del castillo, pero si sabía que estamos bastante alto, pues la distancia de donde estamos hacia el suelo no era pequeña. Ambas nos miramos, pero Emilia todavía tiene esa cara de preocupación. Yo también empecé a preocuparme aún más.  yo reconocía que ella tenía demasiadas cosas en su cabeza como para preocuparla con mi curiosidad. Ella se sentó en el sofá y me dijo que no la interrumpiera, pues necesita transcender. Vi como si piel se llenaba de brillo y una luz morada rodeaba su cuerpo. Me senté al lado de la puerta y puse una silla detrás por si acaso alguien intentaba entrar. Pasaron horas y ella todavía estaba en la misma. Pacientemente espere casi por cuatro horas hasta que al fin regresó en sí misma. Me dijo que esta noche alguien vendrá por nosotras. Y mientras ella hablaba la puerta se abrió de golpe y he aquí unos hombres y mujeres entraron en la habitación. Tienen aspectos humanos, pero son de color rojo, un rojo claro. Rápidamente movieron el sofá al centro de la habitación y nos rodearon. Ambas estábamos temblando. Me moví rápido a su lado y ambas nos tomamos de las manos. Ellos permanecían ahí parados, ni tan siquiera nos miraban, solo se aseguraban de que nosotras estuviéramos en el centro. Pensé que quizás harían un tipo de sacrificio con nosotras, pero luego recordé que Emilia dijo que esta noche alguien vendrás por nosotras. Pasaron las horas y consigo llegó la noche. Las luces en la habitación permanecían encendidas. Note una sonrisa en el rostro de Emilia, eso me calmo un poco. Vi luces traspasar las cortinas a través de las ventanas, aunque las cortinas estaban cerradas, pude ver luces venir a través de estas. Un color azul las traspasó y llegó directamente hacia nosotras. No sabía lo que está pasando afuera, pero escucho ruidos fuertes. También escuché voces. ¡El ejército del Rey Aldovar II ha invadido el castillo!  De repente, una gran fuerza abre las ventanas y unos seres morados invaden la habitación. Estos atacan a los seres rojos, abren unas valijas y una lapsos largos y gruesos se lanzan hacia ellos. Mientras Emilia tomó la oportunidad y rápidamente me dirigió hacia una esquina de la habitación. Luis se apareció antes nosotras y tomó a Emilia de la mano. Otro ser hizo lo mismo conmigo. Ellos se elevan por el aire y salen de la habitación con nosotras. Al salir     miré hacia bajo pero no pude ver ningún ejército.

      Me preguntaba de donde venía todo el ruido y las voces. Mire hacia arriba y es entonces cuando me doy cuenta, de que el ejército se encontraba en el aire. Millares y millares de soldados a ambos lados. ¡No daba créditos a lo que mis ojos veían! A mí se me monto en una nave, mientras Luis se paraba en el aire, tomando a Emilia en su mano izquierda, mientras que en la derecha alzaba una espada color platino. Pude ver como las luces se reflejaban en ella.  Se paraba potente en medio de dos ejércitos. Pude ver a Marcos y el falso profeta, Maldovar, parado frente a su ejército. Al otro lado estaba el ese ser morado que Emilia me había describido antes. Vi como Luis se acercó a él y luego vi a este dirigirse hacia la nave. Emilia estaba fría y su corazón latía rápidamente. La sentaron no muy lejos de mí. Vi cómo le inyectaban en su brazo y hacían que esta se durmiera. A mí se me dijo que observara. Emilia había peleado en la tierra por años. Su cuerpo había llegado a un estado crítico, necesitaba descansar. Ellos le habían inyectado una solución para ayudarle con la fatiga y así pudiera recuperarse pronto. Luego de unas horas de dormir estaría como nueva. Yo utilizaba el telescópico en las ventanas de la nave para mira hacia abajo y hacia mi alrededor. Quería ver como la batalla se desarrollada. Observé por unos minutos, y vi como Luis dirigido por el ser morado peleaba en contra de Marcos y su ejército. No vi señal de Senojoc. Pensé que esta vez quizás lo vería al menos a través de la distancia. Vi cómo se decapitaban unos otros. Desde aquí vi como miembros del ejército de Luis, sacaban una espada larga y gruesa de sus cinturas, las traspasaban justo en el lado izquierdo de los sus oponentes dos veces y luego la sacaban y hacían un corte comenzando en la cabeza hasta llegar a la mitad del cuerpo del oponente. El cuerpo luego se precipitaba a gran velocidad hacia abajo hasta llegar a tierra. Este luego de chocar con la tierra se evaporizaba convirtiéndose en un humo negro. Vi como como el ser morado abrió las puertas del hades y todo tipo de criaturas salieron de él. Langostas de más o menos 50 centímetros de largo, aves con pico que a lo lejos parecen estar hechos de metal grueso y brillante. Vi abejas pequeñas, tan pequeñas que la confundí con moscas, vi serpientes volar por el aire. Estos animales rodearon a Marcos y su ejército. Vi como estos se lanzaron contra ellos y los picaban. Marcos en cambio permanecía intacto, no se movía de su lugar, aunque muchos miembros de su ejército se remordían de dolor. Vi como Luis levanto su mano derecha y colmenas y colmenas de abejas penetraban por los oídos de sus oponentes y le salían por la boca. Estos a su vez se desmayaban y caían al suelo.

Marcos aún permanece en su lugar. Vi las aves rodearle y picarle en la cabeza, pero esta permanece inmóvil. Vi como el agarra algunas y con su boca le cortaba el cuello. Me queda sorprendida. Entonces Marcos abrió sus manos y formo una bola de luz, la cual lanzo con mucha fuerza hacia Luis y el ser morados. Estos a su vez levantaron sus manos y un hoyo se abrió en el aire. La bola de luz desapareció en la nada.  a pesar de todas las criaturas que lo ataba, Marcos y su ejército estaban a una gran distancia de ser vencido. El ser morado abrió su boca y un dragón morado salió de ella. Este recorre el cielo alrededor de Marcos y se estacionó justo encima de él. Veo que mira hacia abajo con unos ojos más negro que la noche misma.  EL dragón abrió su boca, y un fuego, semejante a la larva de un volcán cayó sobre el ejército de Marcos y Maldovar. Estos a su vez se deprecitaban a gran velocidad hasta llegar al suelo y convertirse en humo negro.

      Entonces Maldovar, se para enfrente de Marcos, alza sus ojos y manos al cielo y fuego cae en una gran parte del ejército de Luis. Estos caen al suelo, donde se les esperan con un líquido espeso, que parece agua. Vi el ser morado levantar sus manos al cielo y relámpagos atacaron a su oponente.

      La batalla no parecía estar en su fin, sino el comienzo. Luis abrió un frasco y del salió un humo negro. Este avanzo hacia Mardovar y marcos y vi como instantáneamente manchas y pecas salieron en el rostro su ejército. Estaba petrificada y hasta miedo me daba de estar presente observando tal guerra. Pero Maldovar y Marcos aun permanecía   intacto, es como si nada le hubiera pasado. Ellos y su ejército aun sequian persistente, no se daban por vencido.

      Miro a Emilia dormir y muy adentro de mi aun yace la pregunta de quién es ella en realidad. Por qué dos fuerzas tan poderosas, el bien y el mal se han ido a una guerra mortal, infernal diría yo. Me siento bendecida de poder tenerla como amiga. La veo dormir, mientras a su lado algunas mujeres y hombres guardan su lecho, una cama sencilla con un tubo de cristal que la cubre. Veo que le conectan unos tubos en la boca y unos hilos a su pecho. Un frasco en cristal con más o menos 300 más de un líquido espeso está conectado a los tubos que le conectaron a su boca.  Me quedé sentada en mi asiento, pues no quise interferir. Pero la miro desde mi asiento y aun pienso que ella no me ha contado toda la historia. Aún debe de ver algo más escondido. Le han vestido de blanco y una corana se le ha puesto en su cabeza. La corona tiene unas piedras pequeñas incrustada, formando entre ellas una figura que se asemeja a las águilas.

      Sentí que alguien se me acercaba, al voltearme vi, que una joven. Ella trajo consigo dos frascos. Se sienta a mi lado y me dice que debería de tomarlo. Estos son los alimentos para el viaje. Yo consentía con mi cabeza y ella abrió ambos frascos. Uno color azul y el otro rosa. Tenían un buen sabor, pero no pude compararlo con ningún sabor terrenal. Volví a concentrarme en la batalla que yacía allá afuera. Aun la batalla seguía. Vi fuego y humo por toda parte, casi no podía ver nada. La mujer que antes me había dado los frascos, se me acerco y me dijo que es tiempo de partir. La batalla se estaba intensificando y necesitaban llevar a Emilia a un lugar seguro. Y así fue como empezamos el largo trayecto a un lugar desconocido tanto como para Emilia como para mí.

      Luego dos horas Emilia se despertó. Me le acerqué y pude notar la diferencia en su semblante. Ese color oro oscuro ha regresado de nuevo. Su pelo nuevamente cobro su brillo y perfectamente combina con su piel. Parece una rubia, pero una rubia color oro. Es como si el sol le hubiera bañado con sus rayos dorados. Pasamos unos días en la nave. Esta viajaba a gran velocidad, a unas 7000 millas por horas. El lugar al cual nos llevaban, estaba a 16800 millas de distancia entre el castillo de Mardovar y la cuidad a la cual viajabamos.  Ya no iríamos al mismo castillo que teníamos planeados ir antes. Ahora iríamos a otro lugar, aun en el nivel tres, pero mucho más lejos, a una ciudad 16800 millas al norte. 

      Cuando llegamos, antes mí se abría un enorme castillo, afuera hay todo un ejército esperándonos, o diría yo, esperando la llegada de Emilia. Había más o menos 1000 soldados, todos formados en filas, con sus dirigentes al lado. Ninguno es humano, ni tampoco se yo lo que son, pero si tienen rostros y rasgos como los humanos. Pero su cabeza chata y plana y su color   hacen la gran diferencia. Algunos eran color oro, otros morados y otros blancos como papel. Estos no tienen pelo. Vestían una bata larga y blanca, con la excepción de sus líderes quienes vestían una bata color moradas adornadas con unas rallas color oro y blancas en las mangas y el cuello.  Emilia estaba atónita, podía verlo en su rostro. Yo aún más perpleja. La puerta de la nave se abre, y unos asistentes se dirigen a Emilia y le muestran la puerta, en señal de ella ha llegado a su destino. Esta se incorporó un poco abrumada, yo le seguí detrás. Tuvimos que caminar unas 500 yardas hasta llegar a la puerta principal del castillo. Todos la observaban mientras ella caminaba por el pasillo, todos en reverencia. Emilia aún estaba más abrumada, parecía tímida. Yo con miles y miles de preguntas en mi cabeza. ¿Me contaría Emilia toda la historia, algún día? Solo me preguntaba una y otra vez mientras las puertas se cerraron detrás de nosotras. Adentro más hombres y mujeres la esperaban, algunos tenían apariencia humana mientras que otros compartían las mismas características físicas con los que estaban afuera. Una mujer, de más o menos unos 30 años de edad, de apariencia física humana, se acercó a Emilia y le dijo que ella estaba a su servicio. Le explicó quién era y luego le pregunto que ella deseaba. Emilia aun abrumada, no dio respuesta alguna, así que yo interrumpí y le sugerí que le mostrara su habitación. La mujer obedeció y también a mí se me mostró mi habitación. Pensé que lo mejor sería dejarla a solas con su pensamiento. Y me fui a mi habitación. Ahora estábamos ambas seguras y no tenía nada a que temer. Al entrar en mi habitación, me quedé sorprendida, cuan bella esta era, la cama grande con una base hecha en mármol. Las sábanas color moradas, con bordados por doquier. Me fascinaron las azucenas doradas que habían bordados en ellas. No me pude contener así que ande todo el lugar. La bañera estaba hecha de una piedra pulida, así como también los grifos. En realidad, era un lugar bello. Los armarios hechos caobas decorados con piedras preciosas, formando entre si diseños de azucenas de vistosos colore. Pero una cosa llamo mi atención. ¡Solo un espejo pequeño de no más de 50cms de diámetro! Yacía en incrustado en la puerta principal del armario, justo en la puerta del medio.  Luego de pensarlo por un rato realicé que este es un nuevo mundo, quizás los habitantes no son vanos como nosotros en la tierra. Recordé una imagen de las mujeres al entrar al castillo, ellas vestían sencillamente y ni una pizca de maquillaje pude notar en ellas. Al menos no maquillaje que podría yo divisar con estos ojos humanos que yacían cansados por las tantas ocurrencias vividas semanas anteriores. No creí que la falta de maquillaje se debía a que eran las sirvientas. ¿Oh los eran? Miré por la ventana hacia afuera, a ver si podía ver toda esa muchedumbre que había visto en mi llegada. Ya no había nadie. ¡Todos se habían marchado! Entonces las dudas de inseguridad empezaron a inundar mi mente. Empecé a preocuparme, ¿que si seres malignos al comando de Senojoc tratan de atacarnos otra vez? En eso un toque en la puerta. La abrí y una de las mujeres que había visto en la sala en mi llegada me preguntó si ella podía entrar. Yo le conteste que si muy rápidamente, sin dudarlo ni siquiera por un instante cuando al mismo tiempo me preguntaba que quería. Ella entro y se detuvo justo en frente de mí. Me dijo que Emilia y yo no estamos sola, aunque solo veamos algunos sirvientes en el castillo. Todo lo que ha visto en nuestra llegada, aún estaba ahí presente. Luego me dice de que es tiempo de ella tome su lugar. Yo no debería de preocuparse de que alguien me observara. Le observé pararse en una esquina y antes mis ojos le vi convertirse en un espíritu hasta desaparecer completamente de mi vista. Veía la esquina vacía, pero mi subconsciente me decía que había alguien ahí, lista para protegerme si la situación lo amerita. Su explicación me calmo, así que pensé que Emilia estaría bien. Así que me senté en la cama y sin darme cuenta me quedé dormida. Luego de unas doras desperté. No quise ir a donde Emilia, así que caminé escalera abajo hacia la sala. Tenía sed, así que pensé que podría ver a alguien allá que me diera algo de tomar. Y así lo fue. Una señora de edad mediana con aspecto de humana me recibió y me preguntó si quería algo para tomar. ¡Qué alivio! Pensé yo. Pregunté por Emilia y me dijo que ella aun dormía.

      Me senté en la sala a esperarla. Luego de una hora la vi asomarse. Vi su reflejo reflejado en el cristal oscuro de la puerta principal. Parecía más relajada y su piel color oro parecía reflejar el sol. Se sentó a mi lado, y ambas nos pusimos a hablar animadamente. Me contó que su quietud aún no está completa. Se sentía mejor a saber que ya no es una prisionera de su ex esposo y el estar bien lejos de él le trae una inmensa paz, aunque la batalla no había aun terminado. Su paz estaría completa al tener a su hija de regreso con ella. Esperaba con ansias su llegada. En ese instante me llego a la mente la batalla que dejamos atrás. ¿Habríamos ganado ya? Ambas nos decidimos tomarnos taza de café, así que nos dirigimos hacia la cocina, donde Nerula, para nuestra sorpresa, ya había preparado una bandeja con unos bocadillos de vistosos colores. Había en formas de flores, de manzanas y ciruelas. Yo ansiosa recorrí con mis ojos la bandeja, tratando de encontrar esos frascos de los cuales te había mencionado antes. ¡Y voila! Ahí estaban ellos, llenos de un líquido color rosa.

      Aun llevaba ese vestido blanco. Muy sencillo, sin adornos y esa coronilla incrustada en su pelo, justo en su mollera. Parecía una Diosa del Olimpos. Nos sentamos alrededor de la mesa para merendar de esos bocadillos, que, al mirarlos, hasta Emilia confeso que les hacían agua el paladar. Al moverse en su silla, pude notar algo inesperado.


viernes, 30 de diciembre de 2016

MUCHO MAS DE LO IMAGINADO.

Capitulo X.  Mucho mas de lo imaginado.

      -Pasaron unos días, recibí una llamada del hospital. Emilia había sido ingresada hace dos días. Había estado sufriendo de acuerdo a ellos con psicosis. Ella quería que fuera a visitarla. Yo muy preocupada por ella, porque sé que ella no está loca como todos piensan, acudí de inmediato a visitarla. La encontré en una habitación pequeña, fría y oscura. Al entrar encendí la luz en mi paso. Era una habitación muy básica, solo tenía una cama pequeña y un armario también muy pequeño. La observé y ella parecía estar en otro mundo. Sé que ella sabía de mi presencia. Me senté y no quise molestarla. La dejé en su mundo hasta que ella quiso hablar. Tenía todo el día dispuesta para ella. Pues me habia tomado unos días libres.  Al cabo de una hora, ella por fin decidió hablarme. Le pregunté qué ha pasado. Ella me contó que seres no de este mundo invadieron el apartamento otra vez durante la noche. Ella no pudo más y cogió miedo de lo que estaba pasando y decidió ingresar al hospital por unas semanas para poder tener un descanso. Ella sabia que hay seres no humanos protegiéndola, pero al final ella también necesitaba el apoyo humano a su lado para no acobarse. Aquí ellos no podrán molestarla, pues siempre hay gentes cuidándola o dispuesta a ayudar en caso ella lo necesite. Solo debía de decir que ha visto ángeles y demonios en su apartamento y el hospital la recibía por unas semanas hasta que ella diga que se siente mejor. El hospital es solo una escapatoria, a su vida espiritual. Nadie entendería por lo que ella pasa de vez en cuando, cuando mensajeros de Senojoc se apoderan del apartamento.

      Yo le pregunté si ella quiere contarme, sobre lo ocurrido recientemente. Y que realmente ha pasado. Ella me respondió que no habia tiempo. Habría de marcharse hacia otro mundo para mantener su vida. Se llevaría a su hija con ella cuando desaparezca de este mundo. Yo sabía a donde iría. Pero de cualquier modo le pregunte a donde iría. Ella me dice que el Rey Ardovar II le preparado un lugar para ella y su niña viva, muy lejanos a la tierra. Dentro de unos días se iría. Yo me entristecí. Pero al mismo tiempo preguntas se apoderaron de mí. ¿Por qué él le ayudaría? ¿Desde cuando son tan cercanos? Pensé que él era un nuevo agente en su vida. En realidad, no toda la historia se me ha contado. No sentí ira, más bien curiosidad por saber más. ¿Me contaría ella antes de marcharse?  Ya no la vería nunca más pensé. Como iba yo saber cómo le iba en el otro mundo. La extrañaría bastante. Yo no podría visitarla. Pero entendía que su vida está en peligro aqui en la tierra. Pero… para mi sorpresa... ella me dijo que la voz le ha dicho que yo podría visitarla. O …ir con ella.

     En realidad, yo no tenía ningún compromiso aquí en la tierra otro que trabajar. Lo pensé y luego me dije a mi misma que perdería si fuera con ella. Si, extrañaría mi familia, pero no tenía novio o esposo, o hijos, los cuales me atarían a esta vida terrenal. Mi familia como la de ella se encuentra en República Dominicana. Ambas aquí somos extrañas a los demás. Después de todo estoy aquí, porque ella me trajo. ¿Por qué no seguirla otra vez? Si, acepte ir con ella a su nuevo mundo, y empezar una nueva vida, lejos de todos a los que conozco, solo por estar con ella. Hemos sido amigas desde la niñez, ahora a la edad de 30 años todavía lo somos. Aunque en lo físico, seamos completamente diferente, ella de piel oro oscuro y yo de piel blanca, esto no ha sido un obstáculo en nuestra relación. Solo hay dos semanas de diferencia entre ella y yo. Amabas somos piscianas. Quizás esta conexión en los signos zodíacos ha hecho que nuestra relación sea duradera. Sí me iría con ella. Le pregunté cuando partiremos y ella me contó:

      -Dentro de unos días. Alguien vendrá a buscarme para trasladarme a un sanatorio llamado House Ann, un lugar para discapacitados mentales. Los psicólogos aquí piensan que mi problema mental indica que necesito de que alguien me cuide permanentemente. Ellos no creen en mis vivencias y piensan que necesito de cuidado mental en un sanatorio. La voz me dijo que el miércoles a la 11.00am alguien vendrá por mí. El Rey Ardoval II, tomara la oportunidad, y enviaría a unos de sus subditos que tome el lugar y se haga pasar por el chofer. Tu deberías de esperar afuera por mi también y montarte en el vehículo conmigo. Luego se nos elevara nivel y apareceremos en el nivel tres. Allá la batalla entre el bien y el mal es más potente, pero los habitantes están todos consiente sobre estos y siempre están listo para pelear. El mundo oscuro forma parte de su rutina diaria y no le temen a la oscuridad como los humanos lo hacen. Aquí en la tierra, es todo diferente. Si cuentas que ves a algún ser no humano te tratan como loca o si poderes naturales se muestran en público, esto causa temor en la sociedad. Nosotros los humanos no estamos acostumbrados al a la vida estraterreste. Eso crea pánico.

      -Yo le pregunto que pasaría con su hija. ¿Como habría de reunirse con ella? Y le recuerdo que su ex esposo, es un mensajero de Mardovar, como ella antes me habría contado. Su casa está rodeada y protegida le recordé. Para tener acceso a ella deberá de haber una pelea entre el bien y el mal. Y la niña siempre esta supervisada aun cuando va a la escuela por poderes que su padre obedece. Ella me explicó que entiende perfectamente, pero la batalla no pasara e la escuela por seguridad de los humanos, pasara en la casa a su debido tiempo. Esa es la promesa que el ReyArdoval II le ha hecho. Ella le cree ciegamente, no es como que tuviera otra salida. Ella me dijo que esperará paciente en el otro lado hasta que el Rey Ardoval II gane la batalla y ella pueda tener a su hija de regreso. Me explicó que prefiere irse a otro mundo, antes de irse para su tierra natal y tener que confrontar a todos en el pueblo. ¿Cómo le explicaría que su matrimonio con Marcos fracasó? ¿Y que ha perdido la custodia de su hija, que solo fue una forastera en tierra lejana? No, quería poner más amargura en su vida. Mejor se marchaba a otro mundo con la esperanza de un día no muy lejano tener a su hija a su lado.

      Llegó la tarde, y un trabajador del hospital entró en la habitación y dice que la hora de visita ha terminado. Me despedí de ella y le asegure que estaré presente en su traslado. Me quedaría en su apartmento Y prepararía su maleta y también pasaría por las tiendas a comprar algunos vestuarios para mi, pues no habia traido conmigo lo suficiente. Tomaria la oportunidad de comprarle algún regalo. Y me aseguraria de empacar algunas fotos de Lissette y de su familia. Esto era importante para ella. Tambien prepararía algunas picaderas para el viaje, en especial un bizcocho de chocalate, los cuales son su merienda preferida. No sabía que tan largo seria el viaje, y Emilia tampoco lo sabía. Nunca había estado allá. Así que le dije que también empacaría unos platos principales en caso nos da hambre. Era lunes, 12 del mes de Abril del Año 2031 y nosotras partiríamos de este mundo en solo dos días mas. Yo tenía mucho por empacar y preparar. Así que, al salir del hospital, ya eran las 5pm. Las tiendas serrarían en una hora. Pensé que mejor de iría derecho al apartamento. Mañana saldría de compras. Usaría toda la tarde y noche como fuera necesario para arreglar todo.
                                         
      Por fin llegó el miércoles, y yo esperaba afuera del hospital con mis valijas preparadas. Vi un minibús llegar. Tenía el nombre de House Ann. Se parqueó frente a la puerta principal. Yo también lo estaba. No sé si estaba loca al creer todo lo que Emilia me ha contado. Sentía adrenalina correr por todo mi cuerpo. No podía creer, lo que estoy a punto de hacer. ¿Estoy a punto de secuestrar un minibús de la salud pública y desaparecer de este mundo, llevando a la paciente conmigo? Sentía mis pies frio, y un momento más tarde, ciento que sudo por todo mi cuerpo. Pero me consolaba la experiencia vivida anteriormente. He visto otro mundo a su lado, ¿por qué no creer lo que ella me ha dicho ahora? Vi un hombre salir del minibús. Es de piel blanca y por lo que pude ver desde donde yo estaba, llevaba el pelo largo, recogido en un moño en la nuca. Y de repente también vi otro hombre también de piel blanca acercarse a él. Ambos llevan el mismo porte físico. Ellos hablan y veo como el segundo hombre lleva al primer hombre hacia el minibús. Entran en él. Luego de minutos vi al segundo hombre salir. Lleva el uniforme del primer hombre. Mi confianza creció al observar. El me hizo una señal de que entre al minibús. Yo le obedecí y al entrar noté el primer hombre no está dentro. ¿Qué le habrá pasado?  me pregunté. No me importó mucho su destino. Esperé sentada hasta que Emilia apareció por la puerta principal. Al divisarle me escondi en el asiento trasero del minibus, pues venia acompañada de una de las enfermeras mas una ayudante. El hombre se apresuro hacia hacias, tomándolas a a un lado mientras que yo tome la oportunidad de pnerme un gorro y salir al encuentro de Emilia. Caminé rápido hacia ella y le agarré de la mano derecha, ayudándole montarse, mientras que el hombre les decía adiós a las empleadas del hospital. El hombre me dijo que me dé prisa, y ambas nos subimos al minibús. Manejamos hacia el bosque y al llegar allá, senti una mala presencia. Emilia también parecía incómoda. El hombre se introdujo a mi mismo como Luis. Él nos dijo que tomemos nuestros equipajes pronto, pues deberíamos marcharnos antes del mal despierte, pero lamentablemente, ya era demasiado tarde. El mal ya había despertado. Vi seres al frente del minibús. Ellos vestían un traje color fuego. Sus rasgos físicos eran fuera de lo normal. Ojos pequeños y aislados, de un color negro. Sus rostros perfilados, muy perfilados diría yo. Sus cuerpos delgados y sus manos grandes y gruesas. Llevan el pelo largo y negro. Me daban escalofríos. Tenían una mirada penetrante hacia Emilia. Todos estaban parados en frente del minibús, no más de treinta yardas de distancia. No entendía el por qué ellos querían hacerle daño, pues Emilia es una persona amable que no buscaba enemistades con nadie. Me preguntaba el por qué ellos le querían mal. Me aseguraba a mí misma de que Emilia no me ha contado toda la historia. ¿Por qué le quieren tan mal? Esto parece ir mas allá de una simple pelea en la corte por la custodia de su niña. Su ex esposo ha ganado, ¿por qué aún persisten en hacerle daño? La duda inundaba mi ser, pero algo muy dentro de mí me decía que tuviera paciencia, tal vez un día no muy lejano ella podrá contarme toda la historia completa, desde el principio hasta el fin.

      Mientras les miraba también pude ver otros seres aparecer al lado del minibús justo en la puerta de salida. Quizás son ángeles pensé. Pero no lluevan alas, como mi concepto de ángeles. Tenían la tez color oro brillante, un rostro agradable a la vista, con ojos grandes y pestanas largas, especialmente las mujeres, rostros perfilados o redondos y labios no tan finos ni tampoco tan gruesos. ¿Serian ángeles pensé? Emilia abrió la puerta y yo le seguí. Ambas tomamos nuestras valijas, mientras que dejamos que los seres se peleen unos a otros. Una batalla había comenzado. No llevan armas de fuego o espada como yo me imaginaria. Vi como ambos lados abrían sus manos y un láser salen de ellas. Pude notar como esos que nos defendían, tenían sus unas como las una de un lobo. Largas y gruesas, parecían como si estuvieran hechas metal. Pero no pude observar más, pues debía de seguir a Luis, el chofer. Él nos dijo que les sigamos y corremos hacia él. Cuando llegamos a él, sentí como el suelo se eleva y luego aparemos en otro lugar. Emilia estaba fría, casi no hablaba. Su semblante ha cambiado, su corazón late rápido y parece carecer de aire. Su respiración era más rápida de lo normal. Yo también sentia frio y me sentía incomoda. Luis busco en sus bolsillos y sacó dos frascos pequeños de cristal. Tiro de una goma que cubre la parte de arriba y el frasco se abrió. Nos dijo que tomáramos el contenido. Nos explicó que deberíamos tomarlo por la próxima semana hasta que nuestro organismo desarrolle la membrana que necesitamos para poder respirar abiertamente en este nuevo mundo.  Él nos guio por un camino largo y oscuro. Yo diría que quizás es bien tarde en la tarde, quizás serían las 6pm. Pero no podía jusgar bien el tiempo, pues nos encontrábamos en otro mundo. Los árboles se entrelazan en sí mismo en la parte de arriba, formando un arco en el camino. Pensé que quizás esta sería otra razón por la cual el camino era oscuro. El sol no podía pasar bien por entre sus ramas. Él nos dijo que no temamos mal alguno, pues él no está solo. El camino tenía un aspecto tenebroso. Caminamos hasta llegar a un rio. Sus aguas muy claras y refrescantes a la vista. Luis nos me miro y nos preguntó si queríamos algo de tomar. Yo le dije que ambas. Los tres hacemos una parada y tomamos algo de agua. Teníamos agua en nuestras valijas, pero ¿por qué no probar el agua cristalina del mundo nuevo en que nos encontrábamos? Así que hicimos una parada y degustamos del agua fresca que se extendía delante de nosotros. De repente vi como Luis se incomodó. Fijo su mirada en la distancia y nos dijo que debíamos avanzar rápidamente. Algo me dio miedo y pude notar la misma preocupaccion en el rostro de Emilia. Luis parecía muy preocupado. Ella le preguntó a Luis a dónde íbamos. Él le contestó que muy pronto llegarían a un lugar lejos de toda de la gente, a las a fuera de la ciudad. Allí hay un castillo donde Emilia podrá vivir en paz, y estaría protegidas por las amenazas malignas del enemigo Senojoc, Maldovar y Cijoc, los cuales son los nuevos gobernantes en Castillas. Marcos, dijo el, es su mensajero. Yo me preguntaba que pasaría a lo largo del camino. También me preocupaba el por qué él le quería tan mal. Luego de caminar por unos 30 minutos, unos seres de color helio, se intercedieron en nuestro camino. Parecian estar formado por aire condensado. Se lanzaron hacia Emilia. Esta cayó el suelo casi inconsciente. Yo le trato de ayudar, pero poco pude hacer, pues ellos también se han lanzado sobre mí. Desde el suelo casi inconsciente puedo ver como Luis se transformó en espíritu para poder pelear contra ellos. También vi como Luis lanzó algo al suelo y vi otros seres en forma de aire espeso salir. Todo se oscureció y cuando abrí mis ojos otra vez, me encuentre en la penumbra, tendida en el suelo. Pensé que ellos se habían llevado a Emilia y Luis y yo estábamos ambos derivados, ahí tendido en el suelo. Miré a mi alrededor, busqué preocupada ver a Emilia. Me di cuenta de que estoy en una habitación. Mire alrededor otra vez, y ahí ella estaba ella al otro lado de la habitación también tendida en el suelo. Gateé hacia ella. Le toque la frente y la mejilla. Se sentía fría al tacto. Yo también yo sentía frio.  Ella se despierto llorando. Yo la consolé y le ayudé a levantarse. Miré arreador de mí y pude ver que hay una cama en la habitación. Le dirigí hacia ella. Sé que ella debía de estar más cansada que yo después de todo lo que ha pasado y esas noches en velas en su apartamento. Le cubrí con la manta y la dejé dormir. Yo me senté al otro lado a velar su sueño.
 
Era obvio que algo había salido mal en el camino. Y me supuse que estábamos en manos del enemigo. Luis ya no estaba y en la situación física en la que estamos era una buena indicaccion. Sabía que éramos prisioneras, pero me consolaba la idea de que no será por mucho tiempo. El Rey Ardoval II nos rescatará, me consolaba a mí misma. Pasaron unas horas y alguien entro en la habitación. Encendió la luz en su paso y se paró enfrente de la cama. Parece rígida, de un aspecto gruesa y alta. Su piel de un rojo oscuro, su pelo largo y negro tejeidos en una sola trenza, les caian en el lado izquierdo de sus hombros. Sus ojos grandes azulados, parecían como si pudiera obervar el agua azulada del arroyo en mi pueblo. Llevaba unos guantes negros puestos, haciendo una perfecta combinaccion con su vestido y zapatos. Yo desperté a Emilia. Ella se encogió en la cama y doblo sus rodillas. La mujer hablo en nuestro idioma. Nos dio órdenes y dijo que nos mostrará la habitación. Emilia no respondió, yo seguí a la mujer y esta me mostró donde estaba el baño y todos los armarios. Era una habitación enorme, la cual, para mi sorpresa, contenía una sala al lado oeste de la habitación. Yo le seguía sin pronunciar palabra alguna. Sé muy bien que ellos son el enemigo. Pero aún me pregunte que querrán con Emilia. Ella luego de mostrarme, la mujer fue y se paró otra vez en frente de la cama y miraba a Emilia fríamente. Yo le pregunto quién es ella y que quieren de Emilia. Ella no pronunciaba palabra alguna. Así que vi a Emilia levantarse de la cama, tomar a la mujer por los brazos y empujarla fuera de la habitación. Le sonreí y le guiñé el ojo izquierdo. Ambas nos abrazamos.  

        Traté de motivar a Emilia para que tome un baño. Esta se niega y me dice: ¿tomarías un baño en casa de tu peor enemigo? Yo me apené y concordé con ella. Ambas caminamos en la habitación y nos sentamos en un sofá pequeño que se encuentra al final de esta. No podíamos salir, pues estábamos bajo llave.

      Unas horas más tarde, otra vez la misma mujer abre la puerta. Trae consigo una bandeja con frutas y carne y la pone en la mesa. Otra vez dice nada y se marcha. Yo de verdad que tenía hambre, pero Emilia insistió en que no comería. Saco de sus botas unos frascos pequeños de cristal, conteniendo en cada uno no más de 10mls de líquido. Eran similar a los que Luis antes nos había dado.  Me dijo que Luis lo puso en sus botas mientras el trataba de protegerla y le dijo que estos serán suficiente por unas semanas. Ayudaran con la respiración y como alimentos. Le pregunte cuantos le había dado el. Ella me dice que cuatro. Yo tomé uno y sentí como el hambre desapareció como arte de magia. Ambas recuperamos el semblante instantáneamente. Ya no sentía hambre   y me sentía confortablemente. Emilia también lo parecía.

Emilia por otro lado parecía preocupada. Se preguntaba si unas semanas serian suficiente para que el Rey Ardoval II nos rescatara de las manos del enemigo. A Maldovar y Cijoc como tanto a Marcos los conocía, pero aún no ha conocido a Senojoc. Emilia también me contó de que no sabe cómo el luce, quien ella había visto antes, el hombre verde oscuro con dos cuernos, es solo su falso profeta y su hijo Cijoc es quien dice llamarse el redentor Elijac para los humanos. De seguro que-, ella me dijo-  ellos vendrán a vernos para vanagloriarse de su poder. 

      Yo estuve a punto de preguntarle, cual era toda la historia detrás de los sucesos, pero no quería presionarla. Sentía que algo no se me había dicho, pero preferí guardar silencio. No entendía todo perfectamente. ¿Cuál sería la importancia de Emilia? Ambas nacimos en la tierra, de padres humanos. Nuestros padres son vecinos. Desde niña jugábamos juntas. Éramos muy buenas amigas. Pero cada una en su propio mundo por lo que puedo ver.  Sentía curiosidad por saber más. Ella me recordó que desde su niñez había sido Ardovalista, siempre había temido de su Dios. Me dijo, tu sabes eso, pero lo que no sabes es que desde mi niñez he visto cosas, he tenido contacto con otros seres vivos, con otras otras razas. Siempre he obedecido esta voz y ella me cuenta cosas sobre otras vidas. He visto a ambos lados tanto el mal como el bien. Pienso a veces que la voz quizás le pertenece a al Rey Ardoval II, pero aun no estoy segura.

      Mientras ella hablaba, la puerta se abrió y entró, ese ser verde oscuro con dos cuernos como ella lo predijo. Él nos miró y tomo una silla que se encontraba no muy lejos de nosotras y se sentó en ella, dándonos el frente a nosotras. A mí me amenazó y me dio la orden de que me quedara callada y no interrumpiera. Yo solo le miré perpleja y meneé la cabeza en confirmación. El empezó a hablar y vociferándole a Emilia que su Dios, el Rey Ardoval II, al que ella le ha hablado desde niña, es una basura.
-’Vamos a ver si él puede rescatarte de nuestras manos’. ‘El ya perdió una batalla contra nosotros, no creo que ahora, aunque a él se les permita usar sus poderes, los cuales no ha usado por más de diez milenios, podrá salvarte’. ‘Te sentaras en esa silla esperando y esperando a que el venga a rescate y nada pasara’. ‘El día vendrá, consigo la tarde, seguido de la noche y el no vendrá’. ‘Morirás aquí de vejez y nunca más veras a tu hija o a tu familia’. ‘¿Que creías al escapar de la tierra?’ ‘¿Que estaría lejos de nuestro alcance? Pues mal has pensado’, ‘¡y tu Dios que no tuvo ni la delicadeza de explicarte todo bien!’. --Emilia le respondió, asegurándole que ella sabe muy bien su identidad. Ella viene con sus poderes tanto el. Ella encontrará la forma de escapar.  Muy segura de sí misma, y con claridad y potestad en su voz le dijo:
---‘El no solo me habla desde mi niñez también me ha dado poderes que viven dentro de mí’. ‘De seguro que poder usarlo cuando el momento llegue’. -- En la miró y le dijo:
---¿Me imagino que te preguntas que es lo que quiero en realidad? --Ella le contempló afirmándole un movimiento de cabeza que sí. Él le contesto diciéndole:  ----Eres la mujer mi mujer. ‘Tu esposo en la tierra, es yo hecho hombre’. ‘Tú le pertenece y él no te dejara ir tan fácilmente’. ‘Aquí tengo una sorpresa para ti, por si no me crees’. ---El entonces dijo: Marcos entra, y para mi sorpresa vi a Marcos entrar vestido en gloria. Lleva una corona con piedras preciosas, esmeralda diría yo por el color verde que emana de ellas. Él le sonría a Emilia y le dijo:
-- ‘Aquí vivirás por el resto de tus días’. ‘Tu Dios, el cual te habla desde niña y que sabes quién en realidad yo soy, no podrás rescatarte de mis manos’. ‘Yo vendré a verte de vez en cuando, solo para ver tu sufrimiento’. ‘El título de María de Castilla que él te dio después de que te casaste conmigo no te servirá de nada’. ‘Título que te dio solo para enojarme’. ‘¿Yo casado con una María? Hasta nauseas me da’. ‘¿O es que acaso pensaste que no lo sabía?’ ‘Desde niña te observaba, aunque tú no lo sabias’. ‘Te observada a la distancia’. ‘¿Qué crees que hacía en tu país?’ ‘Solo fui con el plan de traerte a mi tierra’. ‘Y luego hacer contigo como me plazca’. ‘¿De seguro que te preguntas por qué?’ ‘Pues eso lo dejo a tu imaginación’. ‘¿Quizás tu Dios pueda explicarte mejor?’  ‘he planeado todo hasta el último detalle’. ‘¿Veamos qué tan grande es su poder?’.

      Y el reía mientras le hablaba. Emilia en cambio parecía serena, no se incomodaba por nada. Muy eficaz y sabiamente le respondió también con otras preguntas y dilemas, así como ellos le habían hablado.
-- ¿Y te crees tú que yo no sé de dónde vengo y a dónde voy? ¿Me crees estúpidas o crees que no se bien tu descendencia? ¿Crees no que no sabía quién eras tú cuando me case contigo? ¿Te consideras todo triunfante y heroico? ¿Llegaste a pensar que me canse contigo por amor? ¿Qué superficial eres? ¿o es que acaso nunca te paso por la mente, yo buscaba pruebas que luego podían ser utilizadas en contra de ustedes? ¿me creíste inepta? ¿No eres más que un pobre diablo? ¡Yo solo obedecí a mi voz casarme al contigo! Es muy obvio que hay una guerra infernal entre nosotros. Yo seleccione a quien unirme desde mi niñez. Tu mundo falso de amor fraternal y amor al prójimo nunca llamó mi atención. Creía en un mundo mejor, en una tierra para todo rico o pobre. Eso es lo que mi religión ofrece. Libertad no importa el rango social o el índice racial. En cambio, tu ¿que tu ofrece? Solo una promesa de un cielo que ni siquiera es tuyo. Nosotros ofrecemos vida libre, y no creemos tanto en un ser humano lleno de pecado de los pies a la cabeza, como ustedes lo creen. Oh, no… espera… ya se… los humanos no son tu creación ni la creación de tu Dios Senojoc. Quizás es por eso que los ve con los ojos llenos de pecados. Mientras nosotros vemos el regreso a la felicidad, no importa cual sucio han sido sus pasados. Esa, es la diferencia entre nosotros. Así que aquí me quedo, esperando ser rescatada como una princesa, como la María de mi título. Y si por acaso esa ayuda se demora mucho, entonces, tú sabrás, el límite de mis poderes. Luchare como una guerrera. Me imagino que todo tiene su tiempo. Mi tiempo ahora es de esperar y luego verte el rostro de idiota que pones cuando me vea marchar. Cuando veas que soy rescatada de su sucio palacio. Oh quizás, si me impaciento, entonces verás de lo que soy capaz. ¡Me llevare todo cuando este en mi camino! ¿Qué crees? ¡Te aconsejo a que te prepare, pues bien, todos ustedes saben que no estoy sola! –ambos Marcos y Maldovar parecían haber perdido la calma al escucharla hablar. Marcos rompió un tarro de flores que se encontraba en la mesa de café. Lo cogió en sus manos y lo lanzo contra la pared, causando que este volara en piezas en el aire. Emilia sostenía una sonrisa plena dibujada en su rostro. Maldovar le reiteró que esa sonrisa no estará ahí mucho tiempo. Había muy poco que yo podía hacer si ellos le atacaran físicamente. Paradas a ambos lados míos, dos mujeres de apariencia fuerte y de más de 7 pies y 2 pulgadas, me miraban fijamente a los ojos con una mirada fría y agresiva. Llegué hasta pensé que ellas quizás estaban ahí para azotarnos. Ella le contó como E Rey Ardovar II le ha preparado un castillo para ella vivir con su hija. Ella esperará en su promesa.  Ambos Marcos y el falso profeta, Maldovar, se marcharon y con ellos las dos mujeres.

 

 Emilia por fin pudo mostrar su frustración. Caminaba incomoda por la habitación y murmuraba algo entre sus dientes. Yo le tome de la mano y le dice que se sentara. Yo también estaba preocupada. ¿Que si pasaría el resto de mis días en esa habitación? ¿Que si el Rey Ardoval II nunca lograra rescatarnos? Me daba nausea el solo pensarlo.

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sábado, 26 de noviembre de 2016


 Capitulo IX.  Déjame mostrarte un poco de mi vida.
  -Ella me tomó de la mano. Yo por primera vez, empecé a sentir miedo. Estaba un poco abrumada. ¿Que si todo fuera cierto? Una gota de sudor fría bajaba desde mi frente hasta llegar a pararse en medio de mis cejas, justamente en medio de mis ojos.   No sé si era porque el día esta caluroso o si era de emoción por que habría de venir. Así que, la tomé fuerte de la mano derecha, ¡exclamando en mi interior, ¡que estaba a punto de hacer! Ella me dijo que la voz va a elevar el nivel. Yo le miré con una Mirada más fría que el hielo, pues aun no creía todo el cuento. ¿O qué tal si nada pasa y todo estaba en su mente? No quería aceptar la realidad de que quizás mi querida amiga estaba desquiciada. Así que le apreté la mano bien fuerte, esperando a que algún suceso sobre natural aconteciera. Ella me comentó que la voz pensaba que es mejor para mi verlo con mis propios ojos. Yo no escuchaba ninguna voz. Pero la escuché a ella y debí de aceptar que un poco incrédula le tomé de la mano y.… he aquí… sentí que el suelo se elevó hacia arriba... y he aquí me hallé en un nuevo mundo, tal como ella me lo describió. ¡Es real! Me encontraba flotando en el aire, con su mano fuertement sujetando a la mia. Mire hacia bajo. Toda la ciudad parecía caos. Lo que antes parecía ser una ciudad bella y potente, ahora estaba casi hecha polvo. Maggoc ahora está sufriendo las consecuencias de su arrogancia and mal trato hacia otras naciones. Vi ejércitos afuera de la ciudad. Selonia ha reunido su ejército carnal, clones y aviones de combates a las afueras de Alogore, la ciudad principal de Maggoc. En el aire se extiende todo un ejército aéreo. Selonia parece estar ganando la batalla. Sus soldados llevan un uniforme color negro opacado, en su cabeza un casco negro combina perfectamente con su uniforme. El uniforme se mezcla perfectamente con el color negro de las carreteras.


    En sus manos llevan armas de láser, estas creadas por Trance. Puedo divisar que se han formados en largos grupos, en cada grupo hay una persona que lleva un uniforme de un color diferente. El uniforme es de color gris, estampados en los hombros con sellos de estrellas y colgando al lado izquierdo del pecho yacen unos pompones multicolores.  Las estrellas voladoras también a sus lados. Parecian hormigas a la distancia. Ellos habían rodearon la ciudad, tanto en el aire como en la tierra. Magoc también ha reunido sus ejércitos tantos aéreos como terrenal. Pero Selonia le ha tomado la ventaja mientras los magocenses celebraban sus fiestas. El ejército de Maggoc aún no está formado completamente. Aún se preparan para defender su reino. Pude ver su poder económico en sus vestimentas. Sus soldados llevan uniforme no solo hecho en telas, por encimas de estos llevan una capa protectora hechas de cobre entretejidos en sí mismo. Sus armas también en laser sobresalen. Pude ver como sus líderes además de llevar el uniforme como los demás, también adornan estos con cadenas y medallas en platino colgando desde los hombros. Al comparar ambos ejércitos, pude notar la diferencia en estaturas y me pregunto qué sería de los Selonian si fuesen a la guerra solo con armas blancas o espadas. De seguro que perderían la batalla. Pero no, ellos han sido astutos y han creado sus propias fuerzas áreas para luchar con su enemigo.

      Selonia sabiamente había planeado todo al último detalle. Escuché el ruido de bombas y cohetes lanzados a otras ciudades de Maggoc. Vi el humo subir por los cielos y soldados avanzar hacia Maggoc. Estaba estresadas y atormentadas por todo lo que veía. No es que sienta pena por tal dictador, pero el solo mirar al mi alrededor, puede apreciar el gran daño causado. No se compara en nada al daño físico que nosotros los humanos estamos pasando. No creo que Maggoc podrá recuperarse por centenares de años por venir. Veía como las gentes corría por las calles sin rumbos fijos. Emilia me conto como Selonia en cambio había seleccionado una gran cantidad de su población, especialmente a jóvenes y niños y los había ingresado en Trance. Si perdían la guerra todavía podían conservar una muestra de su raza intacta fuera del conocimiento de Maggoc.

      Mire a Emilia y le pregunte cuanto tiempo estaríamos allí. Ella me dijo que no mucho tiempo. Sentía pena de lo que estaba pasando. Me dijo que ella esperaba que reine la justicia, la verdad y la libertad. Luego me dijo que necesita ver al Rey Ardoval II, pues la voz le ha dicho que él tenía el poder de encender la luz en su cuerpo. Ella me tomó de amabas manos y luego aparecimos antes el. Permaneció callada por unos minutos, observándole un poco cabizbaja pero con una dulce sonrisa en sus labios. Luego de unos minutos de silencio, El le tendio la mano derecha. Ella solto la mia, en acción de extrechar su mano, cuando al mismo tiempo le pidió con gran audez, ‘Si en verdad he encontrado agrado ante los ojos de su excelencia, y en su corazón se encuentra un poco de amor, aún si del tamaño de una semilla de mostaza, le suplico con reverencia y solemnidad, que me de de la poción que ponga el brillo que se ha apagado en mi. Mientras que el miraba con compasión y una mirada pentrante, que denotaba un brillo, el cual yo no podía en ese instante entender or explicar. El miro hacia su izquierda, sosteniendo la mirada en su esa posición por un instante, para luego volverla a mirar y con tristeza en la voz le respondió que no era posible. Le recordó que ella se les dio instrucciones cuando llego a Castilla de no caminar por el tramo oscuro, pero ella desobedeció. El color oscuro estaba ahí para recordarle de su desobediencia. No había mucho que él podía hacer. Vi el rostro de Emilia nublarse con la explicación, pero ella con coraje la aceptó. Le vi darle una sonrisa y muy amablemente, le dijo que todo estaba bien. El gigante le promete que hará lo posible para que ella mantenga la tez que para ese entonces ella poseía. El metio sus manos a través de una de las ventanas, en el castillo de alzaba enfrente de el, traiendo entre ellas un frasco que contenia un liquido color cristal, mas claro y espeso que el agua. Le paso el frasco a Emilia, quien inmediatamente, tiro de goma eslatica en este, hasta abrirlo e inmediatamente, se tomo el liquido que este contenia.  Yo observaba a su lado completamente en silencio. Era un mundo extraño para mí. Aún no sabía en donde me encontraba. Emilia me dijo que en es Los Cielos o Castilla como ahora se llama, pues el Rey Senojoc le ha cambiado el nombre. Es un lugar bello tal como Emilia me lo había describió. Me acerqué un poco más a Emilia y le susurré al oído que le preguntara el nombre al gigante. De este modo podrás comparar si la voz le dice la verdad.  Ella hizo como le pedí y le preguntó. Él le volvió el frente y miró hacia otro lugar. Luego de un momento de silencio, él le preguntó si era importante para ella saber. Emilia le dijo que sí. El la miró y le dijo que su nombre es el Rey Ardoval II. Yo me quedé petrifada, atónita, no queriendo aceptar lo que mis oídos habían escuchado. ¿Entonces el Rey Aldoval II es real? ¿Tal como losArdovalistas lo predican en la tierra? Pensé que los Ardovalistas eran gentes sin oficio algunos que van de casa en casa, de puerta en puerta, predicando a un Dios que una vez reinó y que algún día no muy lejano, el reinará otra vez. La verdad que a esos no le puse mucha atención. Pensé que me hacían perder el tiempo. Ahora estoy aquí en frente de ese Dios que ellos predican y me da vergüenza mirarle hasta la mano. ¿Sabrás el cuanto le he rechazado en la tierra? ¿Que me he reído a carcajadas cuando unos de sus mensajeros terrenales me predicaban sobre él? Sii que debía de saberlo, me dije a mi misma un poco cabizbaja.  La verdad es que estaba apenada y la vergüenza se me habría de notar en el rostro. ¿Entonces estaba en Los Cielos? Estaba atónita y perpleja. No sabía que decirle a Emilia. Pues muy adentro de mi, a veces llegué pensar que ella estaba un poco desquiciada. La tomé de la mano, tratando de conseguir una respuesta proveniente de sus labios que calmara mi mente. Mi mente culpable e indredula a la verdad que muchas veces antes se me había explicado. No solo antes había rechazados a los Aldovalistas, sino que, también a Emilia muchas veces le había ignorado. Él le dijo a Emilia que era tiempo de regresar a la tierra. Yo curiosa, interrumpí, pero lo hice con un miedo inmenso a ser rechada. ¿Qué tal si me dijera quién me cedió la palabra? O peor aun, ¿Quien soy yo para dirirle la palabra? Tenebrosa y con una pesadez enorme en mi voz, Pero con una mirada fija y directa, le pregunté si él era la voz que le habla a Emilia, pero no conseguí ninguna respuesta, solo una mirada fija que penetró lo más profundo de mi ser. Me sentí intrusa. Volteé la mirada hacia Emilia, pues no pude contener esa mirada acusativa. Emilia me dijo que era tiempo de volver a la tierra. Una luz nos embrazó y he aquí aparecimos de nuevo en el bosque. Me hallé en un estado de pánico abrumador. Y hasta un punto me negué a creer que había sido testigo de lo que mis ojos y oídos habían presenciados y escuchado. Y empecé a creer por un instante que quizás lo que Emilia tenia era un virus y me lo ha pasado a mí. Pero mi conciencia y la realidad de lo que había visto, eran más fuertes que mis dudas y allí, en medio del bosque, tenebrosa y abrumada acepté que habia viajado a otros mundos y mi querida amiga de la infancia, mi Emilia, esta tan sanamente como yo. Lucida sin ningún problema psicológico como muchos habían dichos.

      Emilia parecía triste y cabizbaja. Le pregunte qué le pasaba y ella me dijo que el Rey Aldoval II no quiso encender la luz en su cuerpo. La consolé y le dije que su piel es bella tal y como esta. ¿Por qué quieres cambiar de color? Ella me explicó que su vida sería más agradable si el color de su piel fuera más claro. Yo le entendí perfectamente y reconocí que ella ha pasado por muchas malas vivencias a la mano de gente racistas que la tratan mal solo por el color de su piel. Pero le aseguré que ellos estaban equivocados y su piel es bella como es. Caminamos de regreso a su al parqueo y luego manajemos al apartamento.  Luego partí de regreso hacia mi apartamento sin antes recordarle que empezara a buscar otro con mas espacio para que ambas pudiéramos compatirlo. Acordé verla en unos días, pues quería saber más sobre su doublé vida, la cual ella mantuvo en secreto por muchos años y nunca la había compartido conmigo o nadie más.

All Rights Reserved@ Kenia Alondra del Castillo 2016.

lunes, 8 de agosto de 2016




Por fin el viernes llegó. Eran las 08.30 am y me dirigía hacia la floristería que estaba a dos cuadras de mi apartamento. Quería comprar algunas flores para Emilia. Manejé en mi coche hacia ella. Luego empezaría el viaje hacia Londres.  Al llegar a la floristería seleccioné unas azucenas color rosas. Estas eran sus favoritas, pues les encantan por el aroma dulce y sutil que emanaban de ellas. A mí también me fascinaban. Por días había estado esperando este día. Viernes era mi día libre en el trabajo, así que iba a pasarme el día con ella. Me intrigaba saber cómo siguia la guerra entre Selonia and Maggoc y el motivo por el cual se peleaban. ¿Que había iniciado la guerra? Me preguntaba a mi misma. También tenía un interés particular en saber si aún esos entes espirituales aun le molestaban durante la noche. Pero mi interés primordial radica en saber cuál fue el motivo principal por el cual se había casado con Marcos. Tenía sospechas e ideas rondándome la cabeza. ¿Habría sido su boda y pacto espiritual? Quería saber más sobre el tema, sus visiones y su supuesta guerra espiritual contra Senojoc. Quizás esta vez logre convencerla de que nos mudemos juntas, pues yo estaba dispuesta a mudarme para Londres. Esto le serviría de bien, pero sabía que Emilia no aceptaría mi propuesta por temor a no interferir en mi vida privada. Al entrar en la ciudad, pude notar que esta parecía un poco más limpia. Pude notar algunas personas vestidas en uniforme amarillos, limpiar todo a su paso. Sentía alegría a ver esto, pues para mí fue una señal de que quizás la guerra terminaría pronto. Al llegar a su apartamento, abrí la puerta como de costumbre. Ella me esperaba en la cocina. Pues tenía afuera del refrigerador un trozo grande de res, el cual íbamos a cocinar para el almuerzo. Ya eran las 11am de la mañana. Se tomaría dos horas para cocinar la carne en el horno. Ambas tomamos un pelador de vegetales y nos sentamos alrededor de la mesa a pelar las papas y zanahorias. En verdad ella es una buena cocinera, pues tenia un gusto exquisito para preparar los platos mas deliciosos que se le pudieran ocurrir.  Yo en cambio no puedo decir lo mismo sobre mí. Mientras pelábamos los vegetales, nos tomamos una taza de café. Le pregunté cómo se ha sentido en los últimos días. Ella me dijo que bien. Parecía serena. Llevaba su pelo liso, colgando en ambos lados de su rostro, cayéndole justamente en los hombros. Me había dicho que se había planchado el pelo esta mañana. En verdad le caía bien. Como siempre vestía un mini vestido rojo oscuro, con diseños bordados en blanco y rosa a lo largo de las mangas, terminando exactamente en la muñeca. El vestido un poco amplio hacia que no se le marcara su silueta completamente. Este le llegaba más arriba de la rodilla. Su figura esbelta hacia que todo le luzca bien. A veces sentía envidia de su belleza física. Aunque nunca se le he dicho, pues no luciría bien.  Pusimos la carne y los vegetales al horno para hornear y nos dirigimos a la sala. El televisor estaba encendido. Estaban pasando las noticias y una alerta se había creado para Essex y se les pedía a todos los moradores quedarse en su casa y no salir de ella, pues, Rusia habia empezado el bombardeo otra vez. A los habitantes de Londres también se les daban las mismas instrucciones. En cuestión de minutos podían escuchar la sirena de guerra sonar. Miré hacia la calle principal a través de la ventana. Las gentes caminaban apresuradas, otros corrían. Levante mis ojos hacia el edificio Bel, en este una pantalla gigante avisaba a todos a regresar a sus hogares de inmediato. Esto será un caos, me dije a mi misma. Sentí alivio de que no me encontraba en Essex en ese instante. Me sentí más segura al estar al lado de Emilia. Sabía que ambas nos protegeríamos la una a la otra. Emilia apago el Televisor y murmuró cuando dejaran estas dos naciones de pelearse entre sí, y empezó a culpar a Senojoc de nublar la mente de la mente y como resultado, teniamos la guerra. Todo lo que estaba pasando en la tierra, de acuerdo a ella, no son más que las señales que están escritas en el libro sagrado de Senojoc. A él le debíamos el caos. Pero, según ella, la esperanza del regreso del Rey Ardoval I salvaría al mundo de la perdición en que se encuentra. Yo le miraba incrédula, como siempre. No fuera que que le creyera sus historias, pero más bien todo radicaba, en que yo crecí siendo agnóstica, porque eso fue lo que aprendí de mis padres. Talvez ese fue el motive por el cual Emilia siempre fue muy cautelosa al no hablarme sobre religión. Esto no implicaba que ella no haya tratado. Pero si ha tomado desde nuestra niñez gran cautela y cuidado al referirse al tema conmigo.

Luego de terminar de culpar a Senojoc de todo lo malo que está pasando en la tierra, me pregunto si había traido conmigo suficiente papeles o bolígrafos o si estaba dispuesta a escribir otra vez sus historias. Yo muy emocionada le dije que sí. Dudosamente, se sento en el sofá en la posición Buda. Me confeso con penas en su rostro que no sabía por dónde empezar, pues todavía habia tantas cosas más de las cuales escribir. Yo le expliqué que debíamos de seguir un orden en sus historias, y el lector querrá saber que inicio la guerra entre estos dos reinos y como terminó. Abrí mi bolso y tomé mis papeles y bolígrafos. Ella estaba lista para empezar. Me dijo:

      Todo empezó en el año 1848. Ambos reinos se odiaban el uno al otro.  Maggoc, era una potencia muy grande, de gran poder. El Rey Eduardo II, reinaba en ese entonces. Selonia, en cambio no eran tan poderosos. Ellos crecieron bajo el yugo esclavizo de Maggoc. Maggoc reinaba sobre ellos con manos de hierro. Maggoc era un reino que se vanagloriaba y se llenaba de arrogancia en cuanto a su poder: sus más pulidas armas de guerra, espada, rifles, cañones y bombas atómicas y sus ejércitos aéreos. También se vanagloriaban sus riquezas, belleza física y poder en general. Los Maggocenses, eran los únicos seres en el oriente, que habían conquistado la sabiduría de la ciencia. Habrían creado bombas atómicas, las cuales desplomaron en Silonia en varias ocasiones, cuando estos se revelaban en contra de sus dominios. Las más poderosas bombas atómicas fueron desplomadas en el año 1878 causando caos en las ciudades principales de Selonia. Se registró una taza de muerte de más de un millón de habitantes. La infra estrutura de la ciudad quedo dañada, a tal estado, que se les tomo cientos de años a los Selonian reparar el daño.

      La voz dice que, en el año 1878, el rey de Maggoc, Eduardo II había desplomado cinco bombas atómicas in diferentes ciudades de Selonia. ¿Los motivos? El rey de Magoc, temía que Selonia se estaba desarrollando rápidamente. Sus habitantes ya llegaban a los sesenta millones. Esto ponía en peligro el futuro de Maggoc como reino único en poder, avances científicos y en multitud.  El segundo motivo siendo que Los Selonian habían en varias ocasiones, revelados en contra de su reino. Ellos querían ser una nación libre e independiente. La tasa de muerte registrada en el reino de Selonia, alcanzaba un millón de gente en todo el reino. EL rey de Maggoc pensaba que de este modo Selonia no representaría una amenaza hacia su reino.

      El reino de Magoc alcanzaba una población de cien millones de habitantes. Los Magocenses son gente de piel verde clara, muy radiante. La estatura normal para hombre es 6.2”. Las mujeres también son altas. Su estatura alcanza 5.9”. Los hombres llevan el pelo a los hombros. Ambos sexos se vanaglorian de cuanta belleza los dioses le habían dado. Las mujeres llevan pelo tricolor, y suelen llevarlo a lo largo de las caderas. El color de sus pelos se asemeja a los reflejos en el cabello que aquí las mujeres en la tierra se hacen en el salón. Pero el color del pelo de estas mujeres Maggocenses es más intenso. El verde y el rojo eran colores abundantes y frecuentemente usados pro las mujeres en sus cabelleras. Su nariz perfilada, labios gruesos como las africanas. Siempre llevan las unas largas, pues no hacen ningún aseo en las casas. Para eso tienen a las mujeres de Selonia. Los hombres fuertes y musculosos por lo natural. Sus cuerpos asemejan a los pesistas. Se sentían grandioso, lo mejor en todo. Arrogancia gobernaban en sus corazones. Ellos nunca hablaban o buscaban amistad con otros reinos. Solo le dirigían la palabra a otra gente de otras nacionalidades para darle órdenes. Especialmente a los Selonian, los cuales usaban como esclavos. No les respectaban y les hacían hacer labores pesadas, solo por el hecho de ser Selonian.

      Los Selonian, en cambio, son todo lo apuesto. Son de estatura media. La estatura normal de un hombre de Selonia es 5.2”.  Son delgados. Llevan el pelo rasurado por órdenes de Maggoc. Pues el rey de Maggoc, Eduardo II, pensaba que los dioses no le dieron belleza física alguna, ¿entonces por qué no también rasurarles la cabeza y así ayudar a los dioses en sus labores? Una orden se efectuó en el 1789, en la cual se les ordenaban a los Selonians que se rasuraran la cabeza o que se enfrente a la furia del rey Eduardo II. Su orden fue obedecida, pues lo Selonian no tenía otro remedio que obedecer.  Las mujeres por similar eran delgadas. De pelo corto, su belleza física no se asemejaba a la belleza física de sus agresores. Ambos mujeres y hombres en Selonian parecen ser creados ambos a la misma estatura. Pero en lo espiritual, los Selonian eran gentes amables y apacibles, siempre se llevaban bien con las otras naciones. 

      Pero el tiempo trascurrió. Centenares de años pasaron y los Selonian crecieron en poder. Su población aumento grandemente y su corazón creció en coraje y odio por los malos tiempos que han pasado. Maggoc con el tiempo dejo de censar a Selonia. Ellos creían que los Selonian de ningún modo avanzarían a tal grado que ellos representarían una amenaza. En todo el sentido de la palabra, lo consideran inútiles. Todo un desperdicio. Los Dioses no estarían a su lado. Los Maggocenses se creían invencibles

      Pero al cabo de cinco mil años su población alcanzo sobrepasar los 100 mil millones que Magoc una vez tenia. Los Selonian apezar de la esclavitud a la sometida, crecieron en poder. Ellos inventaron el Zapien aéreo. Un avión de combate, que vuela a 7500 millas por hora. Este fue inventado por una organización nocturna que estaba cansada de ser sometidos a la ley de Maggoc. El gobierno muy ha escondida le daba suporte económico a esta organización llamada Trance. La organización está formada por científicos, physis, mecánicos y filósofos. ¿Su único objetivo? Crear almas de batallas, ser los primeros en gobernar el cielo y crear una formula en la cual pudieran reproducirse rápidamente e igualar de algún modo en el futuro a la población de sus enemigos; de este modo, así se librarían del poder abusivo de Mago.  Esta organización tenía su base en lo profundo del desierto, área que el gobierno de Maggoc y su rey no podían alcanzar o sospechar que existiera. Al pasar los cinco mil años sus objetivos han sido logrados. En su base crearon la fórmula para poder reproducirse tanto en lo canal como también en el mundo mecánico y acerico. Han creados copias de sí mismos, clones como nosotros los llamamos. En el desierto bajo tierra, habían creados un nuevo mundo subterráneo. Este se extendía por al menos mil millas cuadradas. En este mundo yacían en tubos clones de seres vivos, entrenados a para un combate mortal. Ellos también han creado su propio sistema para controlarlos e ensenarles todo lo que debían saber. Por fin habían visto la luz en la penumbra al final del arduo camino.

      A los Selonian no se les permitía tener más de un niño cada cuatro años. algunos esperan ansioso que esos cuatros años pasaran, pero en su mayoría, los demás no mostraban interés en ese día. Pues en su mayoría, ellos no querían traer al mundo a alguien, que solo vivirá bajo esclavitud, al mando de un enemigo cruel y sin piedad. Me imagino que ya estaban cansados de vivir. Yo misma puedo simpatizar con ellos. Los pobres han pasados por arduos y difíciles años bajo el mando de Maggog.

      Han creados millones de almas minitivas, en formas de estrella de mar. Ellas vuelan en el aire and pueden disparar al enemigo una aguja que contiene un veneno mortal. Estas almas han sido computaridas para reconocer y hacer diferencia entre u Maggocense y un Selonian al analizar sus rasgos físicos. Han creados bombas atómicas y muchas clases de almas de fuego. Ahora ellos luchan por una vida mejor, fuera de los abusos de sus agresores.

      Al transcurrir los cinco mil años, Maggoc todavía es el reino más poderoso. Ellos deciden la tasa de nacimiento de otros países. Ellos también deciden el valor del peso monetaria de cada nación. Su población llega a los ciento setenta millones. Sus avances científicos también han tomado al mundo oriente por sorpresa. Han creados aviones de combate que viajan a 5000 millas por horas. Su medicina también ha avanzado. Crearon una fórmula que permitía a la mujer tener dos o tres hijos al mismo tiempo. Se vanaglorian de que nadie más ha podido avanzar como ellos.

      Por el otro lado, por fin Selonia ha logrados sus objetivos. Planearon hasta el último detalle como deshacerse del rey de Maggoc. Ahora se sienten seguro de que pondrán por fin ser libres. En el mes de abril, el día 24 del año 684

8, por fin pusieron a cabo su plan. Este día, como cada año, los Magocenses, celebraran el ‘Día de los Dioses’, en honor a los dioses que lo han creado fuertes, inteligentes y todo venerados”. Es todo un evento fenomenal. Hacen fiestas en las calles. Las calles son decoradas con flores artificiales, imagen de los dioses que ellos adoran, cintas y canastas de frutas y vegetales artificiales cuelgan de los postes de la farola en las calles o poste puestos específicamente para ese objectivo. Celebran su prosperidad. Las afueras de las casas son adornadas con banderas y figuras de los dioses que ellos adoran.  La gente baila en grupos, levantan sus copas seguras que nadie va a interferir con fiestas, pues nadie tiene el poder. Los alimentos se prepararn tres días antes, pues asi nadie perdería su tiempo en el dia de las fiestas cocinandos. O lo compraban en los supermercados listo para ser abiertos en el momento oportuno. Esto no implica que cada familia fuera de compra, sino mas bien que un grupo seleccionado de cada comité de la comunidad se encargaba de estos arreglos. Los miembros de la comunidad pagaban una quota para esto. Los esclavos Selonian se encargaban entonces, de abrir los paquetes en los días de las fiestas y adornar las mesas. Ellos también les servirían a sus amos.

      A los soldados que vivían en Maggoc se les brinda una fiesta su puesto en la marina o en tierra en su cuartel; por si acaso alguien se les ocurría molestar sus fiestas, ellos estarían listos para intervenir y protegerlos. A la policía se les entreno en cómo actuar en caso de molestias. A los saldados de puestos en otras naciones, le les traía en este día especial. Y les entrenaba para estar listos para cualquier acto de terrorismo. En las noticias se anunciaban cuantos soldados habían regresado al país para que las fiestas se llevaran a su cabo muy felices.

      La fiesta duraba dos dias. Empezaba en la mañana con el desayuno. Luego a las 3pm se hacía un receso para que cada quien pudiera ir a su casa y cambiarse de vestuario.  Llevan vestidos lustrosos, de telas finas y joyas de alta calidad. Todos parecían felices. El baile se podía apreciar en todas las calles. Risas, historias y anécdotas por doquier. Todos celebran seguros de que nadie podrá interferir con sus fiestas.

      Pero ellos enajeno de lo que se venia sobre encima, con fuerzas pugnantes y rencor de millares de años. Selonia muy astutamente, esperó hasta las 8.00pm para remeter con toda su fuerza. Cubrió el cielo de la ciudad principal, Alogore, con sus aviones y estrellas voladoras. Parecía como si el cielo estuviera lleno con pájaros. La multitud comentaban de cuan seguro se sentían. Miraban hacia el cielo, y levantando sus manos con la sonrisa amplia y plena, saludan a las fuerzas áreas que sus ojos odian divisar. Ignoraban que era el enemigo que le observaba desde arriba. Mientras los aviones de combates se paseaban de un lugar a otro observándoles desde arriba, los Maggocenses elevaban sus manos hacia arriba, encantados de cuanto poder les protegía. Pero lamentablemente, no era su ejército en el aire observándole, sino más bien el enemigo...Y.… el ataque comenzó…y.… esta es la guerra he estado viendo ultimamente. Todos se están matando unos a otros. Unos procuran su libertad mientras otros quieren reinar y hacer pedazos la vida de los demás.


      -Emilia hizo un silencio, pareció estar atormentada por lo que narraba. Tomo su taza de café y miró hacia el suelo. Yo espere en ella para seguir escribiendo. Ella miro la distancia. Yo respecté su silencio por unos minutos y al cabo de estos le pregunté: ¿has vuelto a tener más visiones sobre cómo sigue la guerra, Emilia? Y esa voz que te habla y te cuenta... sabes la voz masculina, ¿quién es? Pero Emilia dijo que sentía hambre y era hora de comer. El almuerzo debía de estar listo, pues han pasado más de dos horas. Fuimos a la cocina y me senté en el comedor. Deje que ella chequeara los alimentos y me sirva cuando esté lista. La vi pensativa como si estuviera perdida en la distancia. Sabía que tenía mucho en su mente de que preocuparse. El almuerzo olía rico, la carne estaba perfectamente dorada y los vegetales lucían suaves desde donde estaba. Ella repartió el almuerzo en dos platos. Nos sentamos a comer. Mientras comíamos, Emilia me propone que manejemos al Eppin Forest, ella tiene algo que ensenarme. Así que luego de armozar fuimos a la sala y encendimos el televisor. Queríamos ver la noticia de como seguían los bombardeos. Un paro en los bombardeos se había hecho ora vez. Pues ambos gobiernos habían otra vez hecho una tregua, pero esta vez por un mes. Esperamos dos horas más antes de salir. Ya eran las 17.00 horas y el sol aún estaba fuerte. Pasarían unas cuatro horas más antes de anochezca, así que nos pusimos en marcha hacia el bosque, el cual estaba más o menos quince minutos del apartamento. Yo no sentí ningún miedo, pues le confiaba ciegamente. Así que partimos hacia allá. Cuando llegamos, parqueamos bajo un árbol en el parqueo. Ella quería tomar un poco de aire fresco, así que caminamos. Ella me dijo:
  - ¿Creerías si te digo que todos, los humanos y no humanos todos vivimos en el mismo planeta? ¿Que el hombre se ha gastado billones y billones de dólares tratando de encontrar a otra forma de vida pensante? ¿Otra raza que racione como nosotros? Que investigaciones se han hechos en otros planetas, el hombre ha ido a la luna y de vuelta otra vez, ¿todo en vano? Pues si han buscado en el lugar equivocado. Toda forma de vida está ubicada aquí en la tierra, excepto por la vida en los cielos. Aquí en la tierra hay 13 niveles la voz me ha dicho. En el nivel 1, estamos nosotros, en el nivel dos está el Oriente. No conozco los demás niveles pues no se ha mostrado. Hoy tu vendrá contigo al nivel dos. Te lo mostraré. No temas, estaremos segura, al menos eso es lo que dice la voz. Solo iremos por unos minutos. Yo sé que tú tienes tus dudas sobre mis vivencias y que quizás te has formulado la idea, de que mis psicólogos están en lo cierto en sus diagnósticos. Hoy por que la voz me lo permite, te mostrare el nivel dos.

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